Pero no vengo aquí a hablar del comic, ni de lo que trata, que eso tiene mucha tela que cortar. Vengo a contaros que por el módico precio por el que os llevais un peazo comic de la artista underground de San Francisco; nos regala, unas bellísimas ilustraciones médicas (pues ella se licenció en dibujo médico), unas atípicas aunque necesarias y placenteras estampas al más puro estilo de un libro de medicina.
Uno piensa en cuanta utilidad hubieran tenido estos dibujos en la escuela y no aquellos macho alfa y hembra con un aire a lo Carl Sagan para la Voyager, que nos solían poner en el libro de ciencias naturales.
¿No es a veces, por capricho, que la vida imita al arte?
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