sábado, 24 de abril de 2010

Solo Integral

Dentro de todos los tipos de escalada existentes sin duda el Solo Integral es la más radical e impactante. Escalada en pared vertical y sin ningún tipo de cuerdas, sólo el hombre y la montaña. El riesgo está latente en cada segundo de esta clase de escaladas, un solo fallo y lo que se pierde no son un par de metros, que como en la escalada clásica luego has de recuperar, esto es mucho más serio…

Si la escalada en solo integral fuese una religión diríamos que su ayatolá actual es el Norteamericano Alex Honnold.

Es alucinante, un flipe, un tremendo shock (cualquier expresión que diga se va a quedar corta) ver a este chaval delgaducho, con pinta de granjero de Kentuky, subir el Half Dome del Yosemite National Park de California, un auténtico mounstruo de casi 600 m de pared vertical que se completan por una ruta conocida en el tiempo de entre 2 y 3 horas, armado solamente con sus zapatillas negras de escalada, su pantalón corto, su camisa de cuadros verde, sus manos y un pequeño botecito de polvo de magnesio que lleva atado a la cintura… No lleva casco… para qué?

La escalada la inicia en la planicie donde ha pasado la noche el día anterior en su espartana tienda de campaña, en el Yosemite. Parece un cabrero por el monte subiendo tan pancho, deslizándose poco a poco entre las inmesas piedras que a su paso aparecen caídas ya hace muchos años, de toneladas y toneladas, cuando el Half Dome estaba cogiendo esa típica forma de cacho de pan rebanado. Cual lagartija se escurre este muchacho por el medio. Al verlo uno piensa que esta es su forma de vida, y lo es de facto. Mientras se coloca su cuerpo, su mente ya se ha adptado a la montaña hace mucho. Días, quizas meses, visualizando la ruta. Sus manos se adelantan, los pies se clavan en la roca y la ascensión comienza…

No han pasado ni cinco minutos y Alex ya se ecuentra a unos 20 metros del suelo, pendurado del Half Dome del Yosemite National Park in California (USA). La ruta que practica y que se ha impuesto como superación personal ya es conocida y la ha realizado tiempo antes con cuerda a fin de memorizarla.

La ascensión prosigue, un pequeño guijarro mal adherido a la fría dura roca, y todo se puede acabar. Al cabo de un par de horas de ascensión, el momento crítico llega, a unos 350 m del suelo, sobre un risco de apenas unos 15 o 20 cm de espesor que sobresale de la roca, Alex se detiene, su mente está agotada y paralizada, sus pies, pegados los talones a la roca apenas sobresalen en la puntera unos 5 cm, su cuerpo totalmente vertical permanece en la más silenciosa quietud, una voz amiga le dice: Si no te ves con fuerzas déjalo… 

...Alex no responde,es el cámara que ha hecho con él toda la ascensión, este sí con cuerdas de seguridad. El tiempo languidece y el valle ya queda muy abajo, el Yosemite sigue su curso ajeno a que un chaval de camisa verde y tez morena está en esos momentos desafiando a su propio destino y al destino del Half Dome, el viento sopla fuerte pero hoy no para los ganadores!

Ja! Su cuerpo se activa, me han parecido años, pero después de varios minutos, esta osadía humana, mezcla de dios griego y de tarado,sigue su plan como estaba fijado, la ascensión cobra vida de nuevo. Bravo valiente! and let´s go to the top!
Lo ha conseguido. Los últimos metros de este mazacote de 600 de pared vertical son un paseo para nuestro héroe, ya mucho más planos, la cumbre se allana, los riscos se desperfilan, saltando de roca en roca… parecen sonar de fondo tímidos acordes country o el Ain’t no grave de Johnny Cash, recortando la silueta de Alex el sol del atardecer, y peinando su pelo negro, volando su camisa de granjero, llega a la punta más alta del susodicho, se sienta tranquilo pausado y armónico… y no me cabe la menor duda de que en ese momento para él ese trozo de roca que corona el Half Dome, que domina todo el valle del Yosemite… no me cabe la menor duda… de que es su Umbiculus Mundi! Y también el de todos nosotros por unos instantes.

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