martes, 22 de enero de 2013

Cómo construir un castillo a un rey francés.

Caylus es un juego de mesa, un eurogame de los más premidados y valorados hoy en día, sobre todo por el ranking de la bgg (la biblia o el abc de los juegos de mesa a nivel mundial) y en donde normalmente, este juego ronda el top 10 de entre miles. Caylus es un gran juego de estrategia y un gran ejercicio mental de diversión pura y dura, una planificación a largo plazo y la sensación de que estás haciendo algo grande te invade a lo largo de las aproximadamente dos horas que tan gloriosa empresa puede durar. Dos horas que se pasan muy muy rápido.

 Vista de la parte superior del tablero, con la imagen del castillo y casitas en primer término de construcción de las mazmorras

Y resulta que hay que construir un castillo. Sí sí un peazo castillo nada menos, y para un rey francés (manda huevos). Un castillaco, con sus mazmorras, con sus muros, con sus torreones y una niña! no te joba!

Pues sí, vamos a hacer el papel de pringa.. uy de constructores al servicio de su majestad, el Rey Felipe IV de Francia, el justo, allá por el año 1289. Y es que debido a un bando real, el monarca pretende construir un hermoso castillo que afiance las fronteras de su incipiente reino en la localidad-villorrio de Caylus, al sur del país galo, hoy día a medio camino entre Toulouse y Limognes (pero que se nos habrá perdío allí?). Para ello, ya hemos dicho, convoca mediante tan curioso bando (en aquellas épocas era más frecuente, pero hoy en día iba a ir listo, más con la redes sociales) a aquellos nobles y plebeyos que montando vasallas empresas le proporcionen un bello bastión que asegure las fronteras frente al infiel. Bueno y ya de paso, y a cambio por los servicios, conseguir algún favorcillo real.


 Postal que muestra el "chateau" del villorrio en cuestión (y no les quedó mal oye)

Y nos embarcamos entonces en esta aventura. Deberemos ser los más duchos en el arte de la administración de las finanzas y del mover trabajadores, construir curiosas empresas, e intrigar con pagos al funcionario de turno. Para ello dispondremos de varios grupos de trabajadores a nuestro servicio que llendo a distintos centros de producción nos proveerán de las materias primas para construir poco a poco el castillo del regidor.

El tablero y la gráfica del juego es preciosista, y muy bonita (aunque siempre hay detractores). Como elemento principal tenemos un camino que serpentea a lo largo de un inmenso terreno y en el que se van a ir construyendo las distintas empresas que nos proporcionaran gloria, prestigio, dinero, fama y amoríos (pensaba yo, iluso).  Tenemos una imagen del castillo y un puente muy bonito y que tiene gran relevancia en el juego.

En varias fases del juego tendremos que, primero poner a nuestro grupete de trabajadores en distintos lugares que nos reportarán dinero y cubos (de madera y distintos colores) de material, con ello podremos construir edificios, ser dueños de nuestros destinos, untar a los funcionarios reales, medirnos en el campo de justas por un amor y el favor de Lady Marian (esa era otra pero al caso sirve), eso todo sin una pizca de azar (otro gran acierto del juego) cada uno es dueño de su propio destino (no hay dados, ni se barajan traicioneras cartas). Después recogeremos lo sembrado, los beneficios de nuestros plebeyos han conseguido a fuerza de deslomarse de sol a sol, y habremos de cruzar El Puente.

Ay el Puente, siempre el Puente, al cruzarlo, a mitad de turno, deberemos pagar en forma de dietas al funcionario(preboste real) para que mire por nuestras haciendas y se desplace de un lado a otro, y no deje ninguna sin mirar, o para, al contrario, envenenar a tan insigne figura para que mire hacia otro lado cuando pase a ver los progresos de algún otro jugador. 

En una última fase de cada turno, construiremos el Castillo del Feli, mazmorras, muros, torres, que se yo. Acciones muy provechosas.

Como decía, no uno, sino dos funcionarios reales nos vigilan constantemente. Son el Preboste y el Comisionado o Director de obras. El preboste es un canijo que se mueve como un diablillo por las obras que se llevan a cabo y dice, eso está mal, a ti no te pago, preséntame mediciones, etc. Y luego su jefe, el panza gorda del comisionado, director de obras y mano derecha del rey, que va decidir en cada momento lo que se construye o se deja de construir, y que va de comida en comida y tiro porque me toca y así hasta el final de la partida, avanzando sin compasión, inexorablemente, hacia la puntuación final.


El preboste es un jodío que vigila las obras y que te puede dejar en orsay

Todo esto nos ayudará a ganar puntos que nos darán al final de todo, cuando lo ordene el Director de Obras (con paciencia limitada) o cuando esté ya construido todo el castillo, o por lo menos las almenas de los torrenones y los pabellones de los que izar bellas banderas, estén rematados y el rey satisfecho, la victoria. Nos darán la victoria, la fama, la gloria, y el amor de una dama? Quien sabe, Caylus es Caylus y todo puede acontecer...




Y os dejo aquí una buena reseña del juego y que os permitirá aprender a jugar. Os recomiendo que os hagais con estos tres kilos (aprox.) de cartón y madera, os lo recomiendo si quereis ser ye-yes, guays, fetenes y molones. Pasareis tantas tardes de diversión... Y por supuesto tendreis la oportunidad de mediros al más astuto, galán y perfeccionista constructor, al servicio de su majestad el rey Felipe, a este lado del río Miño.


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