En Unter den Linden siempre florecen los tilos

Es dificil abordar este tema y todo lo que conlleva sin caer en nimiedades y perder el norte, y es dificil tratar de perder el norte para encontrar el árbol que no me deje ver el bosque, ese árbol en el que yo me quiero fijar.

Comencemos por el principio.

Al principio estaba el hombre, y luego vino la guerra, y las ansias de poder, y las ansias por navegar y conquistar y los totalitarismos y las religiones y el fundamentalismo, y después de mucho vagar por el océano, buscando entre islas perdidas, después del último huracán que destrozó su nave, después de la última tormenta que casi lo desgarra por completo, el hombre ya no quiso navegar más.

(por un tiempo).

Aquel hombre,  que a punto estuviera de morir, de perderlo todo, engullido por las aguas negras de la historia, permaneció un tiempo en su casa de la orilla. Desde allí, con una taza de café caliente, con el calor de su amada, que le daba sexo todas las noches, se dijo: "Maldita mar, yo te maldigo y jámas volveré a pisar tus aguas, jámas volveré a ansiar lo que no tengo, porque con lo que tengo y con un trozo de pan, soy tan feliz."

Pero aquel hombre,tan feliz, tan dichoso, miraba siempre de reojo, la ventana que daba al mar, y aunque cantaba todas las noches sus canciones folk preferidas, aquellas de su infancia, aquellas que entonaban los bardos en su pueblo natal, y que tanto le gustaban a él y a su madre, aunque con sus manos apretaba fuerte las cuerdas de su guitarra; aun así, a pesar de todo, escuchaba el murmullo del mar.

Unos meses antes, en la bravura de la recordada tormenta, cuando ya esta, comenzaba a amainar levemente y se veía un resquicio de luz entre las nubes, cuando sus ropajes lo agarraban hilvanado a los palos de lo que en su día fuera una esplendorosa embarcación, lejos de allí, pero no sustraidos a lo que a este hombre le pasaba, se reunieron en Yalta otros tres hombres.

Dos de ellos eran viejos occidentales, ya demasiado ajados por el destino, y casi sin ganas de comer, el tercero de ellos era un eslavo venido de las montañas de Tblisi, que portaba unos negros bigotes y una gorra imperial. Se habían reunido allí para repartirse el mundo, pues habiendo jugado a ser dioses, ahora les correspondía su parte de la creación.

Este es, para muchos historiadores, el comienzo real de la guerra fría, el primer encontronazo entre el bloque Comunista y el occidentalizado pesamiento capitalista. Era febrero de 1945, y con la sofisticada maquinaria Nazi ya colapsada, las potencias vencedoras, ya se estaban repartiendo los restos de la Europa demacrada y del resto del mundo.


Con Churchill y Roosevelt, físicamente agotados y con un Stalin victorioso (y finalmente entraría en Berlín)los acuerdos que de allí salieron, dejaron el mundo pendiendo de un hilo durante 45 años.


...y las islas Kuriles volvieron a ser territorio ruso.

...como tantos otros paises ocupados, como un grano de sal en medio del océano, como tantos otros granos de sal.


La URSS luchó por entrar en Berlín y alzar la hoz y el martillo en lo alto del Reichstag y ponerle la puntilla al imperio de los 1000 años. La URSS ganó la guerra en Stalingrado al embolsar al VI ejército de Von Paulus, y no en las playas de Normandía. Por lo tanto ahora reclamaba lo que por mérito, aquel gigante rojo se había comido.


Pero no era tan fácil, porque los EEUU, tenían una cosa, un arma que superaba a todas las demás, una H, que cayó un infame día, nunca más olvidado, sobre la ciudad de Hiroshima, y días después sobre Nagasaki. 


Así que ese era el destino de la humanidad, permanecer en una casa, en la orilla de una playa, con una taza de café caliente y un trozo de pan. O volver a vagar por un mar todavía embravecido, desafiando al ego de un hombre, un mar que podía acabar con todo.


Y el hombre, estuvo mirando, 45 años por aquella ventana.




Multitud de cultura y contracultura gira en torno a este periodo de la historia. Canciones, películas, libros, y juegos.


El mejor juego de mesa del momento, el número 1, según el ranking más importante que existe, la bgg, es el Twilight Struggle (TS), de GMT, y actualmente publicado por DEVIR en castellano.

En TS, ambientado en los 45 años de periodo de guerra fría, tomamos el papel de una de las dos superpotencias, que durante aquel periodo, reciente de nuestra historia, tuvo entre sus manos el destino de la humanidad. La URSS o los EEUU. 


Se trata de un wargame con un tablero point to point que representa el mundo político de la época y dirigido con motor de cartas, que son la base de los eventos y de las acciones. Desde luego lo he probado y puedo acreditar su calidad. Es un chute de historia en todos los aspectos. Y las notas del diseñador conjuntamente con las reseñas de cada carta, son un excelente documento introductorio a todas las vicisitudes y pequeños detalles que conforman ese universo policromático que fué la guerra fría.

Reflejados se ven eventos de guerras, golpes de estado, ansias coloniales, juegos olímpicos y la famosa y alucinante carrera espacial.

Todo ello con el fin de que una de las dos superpotencias domine el mundo y riéndose mientras su sistema opuesto se desmorona. (Eso si no acaba todo en una guerra nuclear, si acaso bajase el nivel de DEFCON a 1. El fin del mundo conocido).


Una apasionante aventura, que os aconsejo revisitar, para aprender, pues la historia es la importancia de aprender de los errores y no volverlos a cometer.

Ana Pavlovna dirigiendo el tráfico en el Berlín conquistado de 1945.




Una apunte interesante.

Oh Berlín, mi amada nube de algondón, que esplendorosa te ves con el paso de los años, aunque no te traten bien los hombres, pues en Unter den Linden siempre florecen los tilos.