sábado, 24 de marzo de 2012

Vente pa' acá y déjate de frío...

El mejor LP nacional de la década de los 80 según la revista Rockdeluxe. Ese es Blues de la Frontera, una maravilla que parieron los hermanos Amador (Rafael y Raimundo)con influencias del que fuera su compañero de cobertizo, en la Sevilla canalla, Kiko Veneno "el grande".


Y es así, es un disco que no se compone, esto se pare. Y les salió guapa la niña, porque sepan ustedes que sin duda es una niña, se comprende nada más escuchar Calle Betis, es esa niña, Sevilla, mora y guapísima, quizás con ojos verdes, como olivas, y con cuerpo de canela tostaita, que brilla al morir la tarde en las orillas del Guadalquivir.

Se ha re-editado el pasado 2011, en vinilo de 180 gramos y la verdad, es una gozada poder disfrutarlo en este formato. Vamos, un discazo, que sabía que acabaría en mis manos, desde el primer momento que lo vi en Peggy Records. Y así ha sido. Ya no lo quito del coche, en su formato más de llevar puesto, mp3. Pero como se disfruta de verdad es encima de un buen plato, os lo aseguro.


Lo que me gusta de este disco, son muchas cosas, entre ellas su compromiso con las raíces, aún tratándose de flamenco fusión, tenemos claramente, lo que ellos denominan blueslería, con esos ramalazos de country y blue-grass que parecieran pescados en el delta de otro río, famoso él, Misisipi.
Y luego está Lorca, siempre Lorca, presente de manera universal en todo lo que hacen estos VENENO y particularmente en Bodas de Sangre.

También Kiko Veneno, que antes de conocer a los Amador, viajó por Estados Unidos, conociendo a muchos, entre otros, al genio de Duluth, Robert Zimmermanm, Bob Dylan.

Y luego Camarón, el de la Isla, el más grande. Muchas influencias, muchas y todas buenas. Convierten a este disco en el máximo exponente del flamenco-rock que los hermanos Amador supieron descubrir como nadie. Porque las músicas, los sonidos no se crean, se descubren, ocultos desde el inicio de los tiempos, luego el hombre, va creciendo y llega un momento que los descubre, que los combina, que juega al juego de la creación, que mezcla colores, sabores, deseos y recuerdos. Que mira el Guadalquivir pasar a la sombra de los olivos, que mira la bahía de Cadiz, o se estremece en la fina arena de las playas de Barbate, y entonces crea, como creó el que lo creó todo, y crea el Blues de la Frontera como creó el que todo lo creó. Y por eso os digo:

Si tu te vas, yo me quedo en Sevilla y hasta el finaaaaaaaaaaaaaal

ole!

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