Esa espedición que pretende llevar ayuda y atención médica a un pueblo perdido de las montañas, en una época (1986), donde se desarrolla la guerra entre los Soviéticos y la resistencia mujahidin ayudada por los EEUU en plena guerra fría.
Y en este escenario, se planta como de la nada, nuestro protagonista. El fotógrafo Didier Lefevre.
Estoy hablando de la novela gráfica El Fotógrafo. La edición integral, publicada por la editorial SINS ENTIDO en el año 2011, y que es una cuidadísima recopilación de lo que en un principio fueron tres tomos.
Un comic, desde luego, altamente recomendable. Basado en una historia real, el propio Lefevre, nos cuenta su aventura con el grupo médico de su expedición, de cómo descubre Afganistán, sus montañas, sus inmensos pedregales
Se trata de un viaje iniciático, hacia la aventura. Y si se puede tener la oportunidad de catar esta marvillosa guía de la vida, hay que hacerlo. Porque lo que más me gusta de Lefevre, es que no juzga la guerra, no juzga la cultura, ni la religión. Simplemente se limita a relatar lo que ve, y los sentimientos que esto le produce. Y eso es lo que más engancha.
Sí. Una especie de Harvey Pekar afrancesado, un enamorado de las Leicas, un aventurero que nos cuenta una parte de su vida, y eso, siempre es de agradecer, y siendo en el inmenso y hermoso pedregal de laspilázuli, más.